21 de abril de 2010

VANESA SALAS

La jugadora de la selección nacional femenina se integró al plantel bataraz. Salas llegó para brindar experiencia e impulsar la disciplina en Olavarría, entre las mujeres.

Sebastián Aguirre / prensa CAE

puma Días atrás el plantel femenino de rugby del Club Atlético Estudiantes, de reciente aparición, recibió la impactante noticia de que una jugadora del Seleccionado Femenino “Las Pumas” llegaría al Club para integrar el equipo.
Se trata de Vanesa Salas (27) quien entrena con el Seleccionado desde el año 2005, quien llegó a Estudiantes para conformar el equipo. La jugadora llegó al CAE tras la recomendación de Miguel Seró, su entrenador en la Selección.
La joven oriunda de Carlos Tejedor, lugar donde reside actualmente, viene al club para dejar su experiencia en la disciplina. De la mano del coordinador deportivo Walter “El Alemán” Walter Kleinschuster, la puma participará de al menos dos entrenamientos por mes y usará la casaca bataraz para los partidos.
La llegada de Vanesa al Club también tiene que ver con el objetivo de la jugadora de formar parte de la Unión de Rugby del Oeste de la Provincia de Buenos Aires, de esta manera podrá continuar su labor en el Seleccionado Nacional si clasifican en los próximos Juegos Olímpicos.
Actualmente la puma se reparte la mayor parte del tiempo entre su rol de madre (tiene una hija de dos años), su rol de estudiante (cursa las materias del Profesorado en Maestra Jardinera) y su rol como jugadora.
A todas estas obligaciones, días atrás, Vanesa les sumó una cuarta: viajar 260 kilómetros (desde Carlos Tejedor) para poder entrenar con sus nuevas compañeras de equipo en el Club Estudiantes.
¿Cómo llevas el rol de madre y el de jugadora?
Vanesa Salas: “Si tenés el apoyo de tu familia, no hay problemas. Gracias a Dios tengo el apoyo de mi mamá, que cuida de mi hija para que yo pueda entrenar, y también gracias al apoyo de mi marido, que supo entenderme por tanto tiempo. Siempre es necesario tener a alguien que te apoye, si no existe esa persona, todo se vuelve más difícil”.
La jugadora explicó que su pasión por el rugby se gestó cuando estudiaba Educación Física en Buenos Aires, en Obras Sanitarias. “Me hice amigos de unos compañeros de cursada que jugaban al rugby. Ellos me invitaron, junto con otras compañeras, a verlos jugar un partido y fuimos. Cuando llegamos y se nos acercó una chica del Club Ciudad de Buenos Aires y nos pregunta si queríamos jugar al rugby porque le faltaban jugadoras”.
“¡Le dijimos que sí! (recuerda emocionada como si estuviera viviendo el momento), y cuando terminamos yo me acerqué medio escondida para preguntarle qué días entrenaban”.
“Así fue como me presenté a un entrenamiento. Falté a una cursada y me fui a entrenar” (recuerda). Seguí entrenando y de apoco fui dejando de cursar”, comentó y aseguró que no terminaría el profesorado.
Desde que comenzó a jugar, sólo en una ocasión tuvo que alejarse del deporte que ama, y fue por algo muy especial: “En el 2008 tuve a mi hija, pero luego del embarazo volví para continuar jugando”.
¿Cuál crees que va a ser tu aporte al equipo bataraz femenino?
V.S. – “Al tratarse de un plantel muy nuevo, y con jugadoras muy jóvenes, pienso que mi aporte va a venir por el lado de la experiencia, de todo lo que le puedo aportar al equipo para que empiece a crecer desde abajo. También me siento con responsabilidades, y eso está bueno porque nunca me tocó ser capitana. En mis otras experiencias nunca lo fui, ni me interesó ser líder, pero hoy me toca ocupar ese lugar, aunque no me gusta mucho (se ríe) ”.
En tanto, Walter Kleinschuster, manager del rugby bataraz, señaló que “tener una jugadora como ella es importante por el tema difusión y captación de futuras jugadoras para el rugby femenino de Olavarría”.

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